Desventajas de hacer lo mismo

La vida es "impermanente" dice la filosofía budista. Nada de lo que veas permanecerá continuo en el tiempo. Todo está en constante cambio, el mundo está lleno de moléculas vibrantes que cambian constantemente de estado, formas y posiciones. Las personas cambiamos desde nuestro primer día de nacimiento. Cada minuto que pasa, es un cambio para nosotros.
Si no entiendes este principio, entonces difícilmente podrás entender los negocios. El creer que los tiempos se mantienen continuos y que los productos o servicios siempre serán los mismo para tus clientes, estás en una total equivocación. Pero, ¿qué pasa en aquellas organizaciones que aún sabiendo que el cambio es evidente, se resisten a cambiar? ¿Serán las personas? ¿Serán los líderes los que se resisten al cambio? ¿Quién realmente podría tener la culpa de esto?.
Siempre buscaremos un culpable, el de finanzas, el de operaciones, el gerente, la parte media o la plana baja de la organización. Pero es difícil establecer una respuesta clara a esta gran problemática (si es que se le puede llamar problemática, aunque no lo creo), porque así como todas podrían ser respuestas correctas, también, ninguna de ella lo podría ser.
En mi opinión, el problema no está en culpar a alguien en particular, los cambios son tan evidentes para todo, sabemos que vienen y que en algún momento llegará a nuestra organización, pero por el momento, es mejor resolver los problemas sobre la marcha, estamos todos tan ocupado en lo que creemos urgente que esperemos a que nos lleguen los cambios para, recién ahí, ocuparnos de ellos. Bajo este argumento, algunos podrían decir que mi opinión es una falta de visión en las organizaciones y sus líderes, pero creo que la visión está, sabemos que vienen cambios que tenemos que hacer, pero estamos tan ocupados que todavía no es prioridad. Mientras no nos afecte, mantengamos el negocio como está, cuando los cambios estén a la vuelta de la esquina, veamos qué podemos hacer para resolverlos.
Mientras tanto, lo cierto es que el mundo no se detiene. Los competidores que entienden la impermanencia y abrazan el cambio no solo sobreviven, sino que prosperan. Empresas como Amazon y Apple son ejemplos de cómo la innovación constante y la adaptabilidad pueden convertir a una empresa desde un jugador modesto en el mercado a un líder de la industria. Estas compañías no solo responden a los cambios, sino que a menudo los lideran, moldeando las expectativas de los consumidores y redefiniendo las normas del mercado.
Entonces, ¿cómo pueden las empresas desarrollar esta capacidad de innovar y adaptarse? En primer lugar, es crucial comprender que las empresas deben ser ambidiestras, es decir, mantener un equilibrio entre la explotación del valor actual que brindan a sus clientes y la exploración de nuevas oportunidades a través de la innovación, ofreciendo posibles soluciones novedosas al mercado.
A continuación, comparto algunas estrategias clave para adentrarse en la exploración de nuevas oportunidades en el mercado, reconociendo su constante dinamismo y cambios. Si sientes que te enfrentas a un camino incierto, estas estrategias podrían servirte como punto de partida y guía para iniciar este proceso de exploración:
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Cultura de Innovación: Fomentar un ambiente donde la innovación sea parte de la cultura de la empresa. Google, por ejemplo, permite a sus empleados dedicar un porcentaje de su tiempo a proyectos personales que no necesariamente están relacionados con sus roles principales. Esta estrategia no solo fomenta la creatividad, sino que también ha resultado en nuevos productos exitosos.
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Observación constante del mercado: Mantenerse actualizado con las tendencias de la industria es crucial. Las empresas deben implementar sistemas de inteligencia de mercado que les permitan detectar cambios tempranos en las preferencias de los consumidores y en la tecnología, lo que puede ser vital para mantenerse competitivos.
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Colaboración estratégica: Establecer alianzas con startups, universidades y centros de investigación puede proporcionar acceso a nuevas ideas y tecnologías. Esto no solo acelera la innovación sino que también distribuye el riesgo asociado con la investigación y el desarrollo.
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Agilidad organizativa: Desarrollar estructuras que permitan una rápida toma de decisiones y una implementación efectiva. La burocracia puede matar la innovación; las estructuras ágiles permiten a las empresas adaptarse rápidamente a nuevas oportunidades o amenazas.
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Inversión en talento: Atraer y retener a empleados que no solo tienen las habilidades necesarias, sino que también están motivados para desafiar el status quo y buscar la mejora continua. La capacitación y el desarrollo profesional continuo son fundamentales.
Al reflexionar sobre la ambidestreza organizativa, es esencial entender que las organizaciones exitosas no ven la innovación simplemente como un proyecto o un departamento, sino como un elemento fundamental de su estrategia empresarial. Esto implica un balance entre explotar las operaciones del día a día y explorar nuevas oportunidades. No se trata de elegir entre una u otra, sino de hacer ambas simultáneamente.
Mientras las organizaciones se debaten entre mantener las operaciones y adaptarse a nuevos paradigmas, es claro que los líderes deben abrazar la innovación no solo como un medio para la supervivencia, sino como una estrategia proactiva para el crecimiento a largo plazo. La pregunta para reflexionar es: ¿Está tu organización simplemente operando, o está verdaderamente evolucionando?