Tenemos una escasez de innovación en el país
Llevo un par años en el ecosistema de innovación y de emprendimiento, trabajando y desarrollando programas en distintas regiones y cada vez veo menos innovación en los nuevos emprendedores. Cada vez los ejecutores de programas de emprendimiento, para abordar a los emprendimientos dinámicos, tienen que hacer más y más esfuerzos para encontrarlos, pero por muchos esfuerzos que hagan, el resultado siempre es el mismo. Más proyectos tradicionales y menos innovación.
Con más de alguna institución me ha tocado trabajar y conversar, y frente a la pregunta, ¿qué tal el perfil de emprendimiento que te están llegando a tu programa? La respuesta es evidente y coincidente, “mucho emprendimiento tradicional y poco innovador”.
Da lo mismo si estos programas están ocurriendo en santiago o en regiones, los resultados siguen siendo iguales. Y aunque por más esfuerzo que se haga y por más recursos que se inyecten al proceso de búsqueda de proyectos o emprendimientos con innovación, la situación sigue empeorando.
Acaso, ¿realmente nos estamos enfrentando a una escasez de innovación? ¿Qué está pasando con la creatividad de la población? ¿Por qué hoy día, a pesar de que existe mucha información y conocimiento para innovar, las personas no lo están logrando? ¿Qué pasa o piensan las principales instituciones públicas con respecto a este fenómeno? Muchas preguntas, pero muy pocas respuestas.
Tengo algunas hipótesis al respecto, quizás pueden ser sesgos pero de alguna manera habría que validarlos. Sin embargo, la que más resuena en mi cabeza, es que todos los actores, me incluyo en este análisis, es que no nos estamos focalizando en la cultura de la innovación.
¿Por qué pienso esto? Principalmente porque cuando partió el concepto de innovación y emprendimiento a nivel nacional, cuando el mundo público sintió la visión de comenzar a desarrollar un ecosistema. Era algo nuevo para la sociedad, pero también, ya existían y había un gran número de personas y emprendedores desadaptados y poco entendidos, que sin dudarlo postularon a estos programas. Según las estadísticas y el estudio de “Mentes creativas: El poder de la innovación en América Latina” habla de que sólo el 13% de la fuerza laboral latinoamericana se considera innovadora. El Reporte GEM define la Tasa de Emprendimiento Naciente con Innovación (TENCI), que se enfoca en medir porcentaje de la población adulta (entre 18 y 64 años) que está involucrada en la creación de un nuevo negocio, productos o procesos para alguno de sus clientes. Durante el 2022 la TENCI fue del 14,7%, lo que significa que 1 de cada 7 emprendimientos nacientes en el país incorporó algún tipo de innovación.
Si extrapolamos esta información a un programa convencional de apoyo al emprendimiento, donde postulan 100 personas, solo 14,7% de ellas tienen un carácter de innovación, o sea, sólo 15 proyectos cumplen en alguna medida con este perfil. Ahora bien, si comenzamos con una “matemática simple” y nos ponemos a visualizar el número de programas que están activos el día de hoy que apoyan el emprendimiento, ya sea universidades, incubadoras, aceleradoras, corporaciones y fundaciones, y si incluimos los años de convocatorias que tiene cada programa, comenzaremos a visualizar que el 14.7% de los emprendimientos o personas innovadoras en el país, ya han sido atendidos en más de alguna oportunidad por cualquier de esta oferta programática. Por lo cual, desde el momento que comenzamos a identificar que los emprendedores comienzan a participar en más de una institución que apoya el emprendimiento innovador, creo que la razón principal, es porque ya agotamos el recursos de personas innovadoras, simplemente ya atendimos a ese 15% de la población innovadora que tenemos en el país durante todos estos años. Y lo único que hacemos, es que idealmente las personas de ese 15% se les pueda ocurrir una nueva idea innovadora para que al menos pueda calzar en alguna nueva convocatoria a todos estos programas de apoyo al emprendimiento.
Lo complejo de esta situación, es que cada vez aparecen nuevas instituciones y actores que están buscando emprendimientos innovadores, pero simplemente no se pueden encontrar. Aun así, es bueno que aparezcan más instituciones motivadas por el emprendimiento, porque aumenta la oferta y que más personas se motiven por emprender, lo cierto, es que aun así no logramos que nuevas personas, fuera del 15%, puedan desarrollar productos o servicios innovadores.
Ahora bien, considerando esa escasez de emprendimientos en las etapas más tempranas de este camino de emprender, es que las instituciones más experimentadas se han enfocado en cambiar el perfil de emprendimientos a apoyar, centrándose más en transformarse en aceleradoras o incluso buscar la manera de vincularse con fondos de inversión, principalmente porque ahí, es donde todavía se pueden encontrar emprendimientos más innovadores. Lo cierto de todo esto, es que todos esos emprendimientos de etapas más avanzadas, en su mayoría son los emprendedores que partieron al mismo tiempo de la creación del ecosistema de innovación en el país, por lo cual, sus emprendimientos ya no están en una etapa temprana sino que en una más avanzada. Sin embargo, ya son parte del 15% de la masa crítica de emprendimientos que han sido apoyados en más de una oportunidad.
Que los emprendedores se repitan de un programa a otro, no lo veo malo, es bueno porque así aprovechan las ofertas y los distintos modelos de apoyo que cada una podría ofrecer. Lo que realmente me gustaría centrar, es que necesitamos más masa crítica de emprendedores innovadores, ¿por qué nadie se está centrando en eso y en generar mecanismos para aumentar esa masa crítica? ¿Por qué no nos estamos haciendo cargo del 85% de emprendimientos que nos son innovadores y nos peleamos los que sí lo son? ¿Por que nadie se está encargando de promover la cultura de innovación antes de exigir a las personas presenten proyectos innovadores? ¿Por qué no nos centramos en apoyar de mejora manera a todos esos emprendedores que no son seleccionados a ningún programa de emprendimiento?. Lo triste es que a pesar de la facilidad de poder acceder a un mundo de información, aun los emprendimientos confunden la innovación con un atributo diferenciador, y eso, es simplemente por la falta de cultura e interiorización del concepto de innovación en las personas. Por lo cual, por más llamados que hagamos de emprendimiento todos los años, nunca lograremos los resultados que nos planteamos, porque siempre nos llegarán emprendimientos con atributos diferenciadores en vez de proyectos de innovación.
Considero que es el momento de volver a empezar en el desarrollo del ecosistema, hay que volver a las bases, volver a construir, pero desde la cultura. No basta con hacer una charla o un seminario de 3 días donde hablemos de innovación. Difícilmente las personas podremos retener la información de los 3 días de seminario durante los próximos 362 días que restan del año, tenemos que hacer mayores esfuerzos para poder estar de manera constante promoviendo la innovación, promoviendo el emprendimiento y motivando al 85% de la población restante que la innovación es un camino interesante de cambio, incluso, un cambio para la vida de las personas.
Creo que los modelos de convocatorias deben comenzar a desaparecer, debemos cambiar la manera de interactuar con los emprendedores, debemos dejar de matar la ilusión de aquel emprendedor que no cumple con el perfil de un programa sin darle la oportunidad de que puede cambiar su idea original a una más innovadora. Creo que las instituciones debemos reformular nuestros programas, debemos cambiar el mecanismo actual de selección de los emprendedores, e innovar en la forma de atención al emprendedor, debemos dejar de seleccionar por ideas, sino por personas motivadas por el emprendimiento. Hay muchas persona con motivación por emprender y aprender que dejamos fuera de distintos programas, que realmente se frustran por no poder responder adecuadamente a un formulario de postulación. Nos hemos transformado en matadores de ilusiones más que en instituciones motivadoras para el emprendimiento. Le insistimos a todo el mundo en que postule a nuestras convocatorias con el fin de poder cumplir nuestros KPI’s de postulantes, pero al final del día, en el proceso de selección dejan fuera a un montón de emprendedores con ganas, motivación y compromiso por emprender, con el argumento de que sus ideas no son lo suficientemente innovadoras.
Creo que somos nosotros mismos los que estamos acabando con el “recurso de innovación”. No estamos sembrando para cosechar, solo estamos agotando lo que tenemos, estrujamos a las personas innovadoras o quienes tienen algo un poquito mejor que la media, solo con el fin de poder cumplir con nuestros indicadores. Es tiempo de comenzar a sembrar, es tiempo de comenzar a generar cultura, es tiempo de dejar de lado los programas actuales y centrarnos en el 85% que no es innovador. Estoy seguro que con pocos cambios en nuestros modelos de apoyo a los emprendedores, podemos pasar de la escasez a abundancia de innovación.